jueves, 23 de septiembre de 2010

La alfabetización y el mito de la alfabetización: De Platón a Freire

Gee, James Paul (1996). La Alfabetización y el mito de la alfabetización: De Platón a Freire. En La ideología en los Discursos. España: Ediciones Morata.

En este capítulo, Gee proporciona una revisión histórica del fenómeno educativo, principalmente en cuanto al término alfabetización. Si se entiende este último como la "capacidad de leer y escribir" (que es como usualmente se hace), estamos situando al concepto en el plano de la individualidad. Sin embargo, el autor dirá que "la historia de la alfabetización nos lleva a rechazar la visión tradicional y reemplazarla por una perspectiva contextualizada social y culturalmente" (Gee, James Paul. 2005. p. 37). A esto se le agrega una cualidad "intrínsecamente política", en el sentido de que cualquier práctica de alfabetización (o más bien, literacidad), "implica relaciones de poder entre las personas" (Gee, James Paul. 2005. p.37).
* Ver entrada: Chartier & Hébrard (noción de: poder simbólico).

Revisión histórica del término ALFABETIZACIÓN / LITERACIDAD:

+ Platón: recelo hacia la escritura, se considera un fármaco de la memoria: "Platón pensaba que la escritura llevaba al deterioro de la memoria humana y a una visión del saber que era fácil y falsa. Con la escritura, ya no hacía falta interiorizar el saber, hacerlo “parte de uno mismo” (Gee, James Paul. 2005. pág. 42).
*Ver: El Fedro, Platón.
Gee comenta una de las críticas que el filósofo hace a la escritura: los textos no pueden defenderse, un lector no puede preguntarle a libro qué quiso decir. No hay posibilidad de diálogo ni de corrección, y a juicio de Platón, no hay auténtico conocimiento tampoco. Este comentario se asimila bastante a la problemática en torno a las prácticas educativas más comunes, situaciones en las que el alumno no tiene la posibilidad de corregir o refinar sus trabajos. Un ensayo se entrega para la fecha fijada, y los posibles errores no son corregidos posteriormente: la nota ya está determinada por el profesor. En ese sentido, es que urge hacer hincapié en la necesidad de otorgar retroalimentación a los alumnos, para que ellos puedan realmente saber en qué se están equivocando, y brindar la posibilidad de modificar las entregas.

+Sribner y Cole: la alfabetización por sí sola no mejora las capacidades cognitivas, sino más bien la escritura mediada por la sociedad. De esta forma, la escolarización tendría un rol mucho más fundamental.
* Ver entrada: Olson
Sin embargo, se hace una crítica a la educación, en el sentido de que esta no siempre se ha centrado en la formación profesional o académica de sus alumnos, si no que se ha esforzado más en imponerles actitudes o conductas apropiadas para un "buen ciudadano". Se enseñan valores como la sinceridad, el respeto, la puntualidad, la disciplina... Mientras que las destrezas verbales o analíticas se reservan a las clases superiores, por un tema de que se espera que sean ellos los que, en un futuro, trabajen en puestos más importantes. Es así como la educación comienza a "solidificar la jerarquía social, potenciar a las élites y garantizar que las personas situadas en la parte inferior de la jerarquía acepten los valores, normas y creencias de las élites" (Gee, James Paul- 2005- pág. 51). En definitiva, Gee afirma que la educación en general ha sido dirigida en función de la ideología de la clase dominante; suponiendo la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes de acuerdo a la clase social a la que se pertenece.

+Paulo Freire: "la alfabetización sólo potencia a las personas cuando las transforma en cuestionadoras activas de la realidad social que las rodea" (Gee, James Paul- 2005. pág. 52). Para este educador brasilero, estudiar debe ser más que repetir lo que el profesor dice, o aprenderse de memoria los postulados que enseña. El alumno debe ser capaz de "re formular" el conocimiento, hacerlo propio, personal.

Es aquí cuando surge el concepto de EDUCACIÓN LIBERADORA, o EMANCIPADORA; es decir, una educación totalmente contraria a la de índole autoritaria que se plateaba anteriormente. En este tipo de educación, debe entenderse la alfabetización de manera situada, debe entenderse leer como un verbo transitivo: como decíamos, la literacidad no puede entenderse únicamente como la capacidad de leer y escribir, sino que debe entenderse como el hecho de leer y escribir algo. Es decir, la alfabetización debe estar referida a la acción de leer un texto de algún tipo, puesto que "abstraída de sus condiciones históricas y prácticas sociales, no tiene efectos o, al menos, no tiene efectos previsibles" (Gee, James Paul. 2005. pág. 56). Gee propone distintos tipos de conocimientos y capacidades para leer textos de ciertos tipos, aclarando que estos pueden ser múltiples. La multiplicidad de posibilidades sobre qué textos leer indica que los conocimientos, capacidades y actitudes para leer se adquieren en un contexto social: debo entrar en contacto con cierta práctica para poder leer textos de la misma. En definitiva, y de acuerdo a la educación liberadora, las prácticas de literacidad deben estar completamente embebidas en las prácticas sociales cotidianas.

La similitud con la noción de género en Bajtín es llamativa, en cuanto que cada esfera de la vida cotidiana refleja un género diferente, con sus propias reglas y características. Para mayor información, ver "El Problema de los Géneros Discursivos", en Estética de la creación verbal.

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